El Planeta Tierra es el planeta donde nosotros vivimos y habitamos. Si uno pensara en todo lo que contiene nuestro planeta, sus grandes cordilleras, sus bastos océanos, en la cantidad de especies que conviven, termina por darse cuenta que la Tierra es inmensa y que ofrece un equilibrio perfecto propio de la madre Naturaleza.
La Tierra comenzó su origen hace más de cuatro mil quinientos millones de años, aunque la vida surgió mucho después, aproximadamente unos cuatro mil millones de años atrás. La Geología es precisamente la ciencia que se ocupa de estudiar el origen y desarrollo de nuestro planeta y es el geólogo quien, a través de su trabajo, echa hacia atrás la manillas del reloj del tiempo.
A través de la observación de las rocas, de los meteoritos, materia primigenia del sistema solar, leyendo las enormes páginas pétreas de ese gran libro que es la corteza terrestre donde está grabada la historia apenas contada del mundo en que vivimos, el ser humano intenta recrear lo que desconoce y admira a través de su limitado conocimiento.
Hoy sabemos que la Tierra se formó hace 4.566 millones de años. Los isótopos de los elementos químicos nos han permitido datar las rocas de todas las edades, desde las más viejas o arcaicas, pasando por las proterozoicas hasta las fanerozoicas.
El eón Fanerozoico, o sea, el que comprende los últimos 600 millones de años, contiene, además, fósiles que representan la vida de organismos de otros tiempos, entre los cuales se reconocen a los representantes de las diferentes eras.
La paleontología tiene hoy día cientos de ramas y miles de especialistas. Las rocas han conservado los restos fósiles de invertebrados, vertebrados, plantas y microorganismos que son estudiados por los paleontólogos y utilizados para determina la edad, ambiente y clima donde estos vivieron.
Los fósiles tienen un doble valor ya que nos informan sobre la antigüedad de las rocas que los contienen pero también cuál era el ambiente en que fueron sepultados. Las rocas que contienen fósiles son las sedimentarias. Los apilamientos de miles de metros de rocas sedimentarias forman estratos. Todas las rocas sufren deformaciones por las fuerzas que actúan en la corteza, doblándose en pliegues o rompiéndose por fallas, formando las grandes cordilleras de nuestro planeta.
Por todo ello, es de gran interés e importancia conocer el origen de las sierras que nos rodea desde que éramos niñas así como conocer su historia y evolución.
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